martes, 12 de enero de 2010

La derecha de España

La derecha de este país (yo cada vez la veo más hacia los extremos más peligrosos de "su ideología"", necesita un cambio de rumbo. Me atrevería a decir que, incluso, necesita replantearse cada uno de sus postulados y sus posicionamientos sociales. Como decía mi buena amiga Carmen Porras (política defenestrada por los suyos propios), menos mal que esta crisis nos ha pillado con un partido de izquierdas.
Anoche, en la Cuatro, Iñaki Gabilondo hacía un pequeñísimo análisis de los posibles medidas del señor Rajoy para acabar con el paro. Joder y perdón por la expresión, pero entre una de sus medidas más imaginativas era congelar el sueldo a los funcionarios. Eso ya lo hizo la derecha de Aznar y fue condenada, la derecha, por el Tribunal Supremo (creo que era el supremo, es que me lío con el constitucional), no sólo a que era una medida ilegal sino que, la derecha, tenía que reembolsar el dinero al funcionariado con carácter retroactivo y, además, sin derecho a recurrir. ¿Pagó la derecha? Pues no. Ah, y recuerdo que como ministro del ramo estaba un tal Mariano Rajoy ¿le suena? El funcionariado (con sus virtudes y sus defectos, todavía hay que acordarse de ese magnífico escritor, Mariano José de Larra y su, por ejemplo, "vuelva usted mañana") ha visto como en los años de la explosión atómica del pelotazo ladrillero, mucho analfabeto (en todos los sentidos) se enriquecía, paseaba sus cochazos por la calle, se tomaba unos taquitos de jamón en la terraza de su chalé nuevo en primera línea de playa e incluso se metía sus rayas de coca a la velocidad de la luz (porque eso de meterse cosas por la nariz, pues que está como... de moda, diría yo). Y el funcionario y la funcionaria callaba. Ahora resulta que el funcionariado (yo soy funcionoario) parece que tenemos la culpa de todo o casi todo. También la señora Esperanza Aguirre atacó de forma inmisericorde a los funcionarios, diciendo que era vergonzoso que en tiempos de crisis nos subieran los sueldos. Seguro que hubo y que hay en este país tan extraordinaro como simple, en muchas ocasiones, algún corto de vista y de mente que aplaudió esas palabras de la primera dama de la Comunidad de Madrid y de, por supuesto, el señor Mariano Rajoy, que a falta de imaginación política echa mano de las catacumbas podridas de la política más reaccionaria y pobre. Lástima que este sea el primer partido de la oposición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario