Hace unas fechas, más concretamente el 18 de marzo de este año, la agrupación local del PSOE de Caravaca eligió a la persona que va a encabezar la lista para las elecciones municipales del 2011. Esta persona, que no es otra que Fernando Romera, encabeza una lista donde se integran personas con experiencia municipal, personas nuevas en este mundo de la política y personas muy vinculadas al partido de la rosa, que han estado siempre que se las ha necesitado.
Dicho esto, a partir de los resultados de la Asamblea (que no es otra cosa que el conjunto de los y las militantes y son ellos y ellas los y las que deciden a sus representantes en una elección plenamente democrática) se ha puesto de manifiesto que la democracia interna y crítica funciona dentro de esta agrupación, la socialista. Al contrario que en el PP dónde sus candidatos son elegidos a dedo sin presencia alguna de debate interno y mucho menos de unas votaciones que legitimen esa candidatura. El caso del actual alcalde de Caravaca de la Cruz es un claro ejemplo.
Por todo lo acontecido seguro que se ha planteado un debate, interesante, no cabe duda, sobre como los socialistas nos gestionamos y tomamos las decisiones. Yo no voy a entrar en polémicas. Simplemente porque me parecen carentes de toda utilidad y hacen un flaco favor al cambio político que tan urgente se hace en nuestra localidad. Pero sí digo que el partido socialista es asambleario. Sus militantes eligen, en última instancia, a las personas que van a encabezar una lista (ni lista ni tonta) para gobernar, con la ayuda y la opinión del pueblo, el ayuntamiento de Caravaca. Entonces no cabe la duda, no cabe la reticencia, no cabe el "estos no se gobiernan ni ellos". Sólo cabe la admiración por un colectivo de personas que pueda expresar su opinón con su voto. Eso, desgraciadamente no pasa en otros colectivos. Y eso no es bueno ni para la democarcia, interna o externa, ni para la conexión, siempre necesaria y exigible, que un grupo político tiene que tener con la población a la que representa o pretende representar.
Lo que se vivió aquella noche fue un ejercicio democrático en el pleno sentido de la palabra. Habrá personas disgustadas o defraudadas. Normal. Habrá personas con dudas y que no terminen de ubicarse. Lógico. Pero en esta formación hay cabida para todos y todas. Y la grandeza del PSOE es que la crítica y la reflexión abanderan cualquier proyecto. Por eso, desde este, mi blog personal, hago una llamamiento a la izquierda para que no dude, para que se sienta fuerte y representada, porque por encima de todo y de todos están estas siglas: P.S.O.E. Y encima, de Caravaca de la Cruz. El día 22 tenemos una cita. Una cita que puede ser histórica y dónde debe primar la responsabilidad, la unión y el cambio tan necesario. Dudas ninguna, que la agrupación socialista es una, pero con sus diferencias y discusiones. Y VIVAN LAS DIFERENCIAS (que aburrido sería todo con un pensamiento y un punto de vista únicos).
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