sábado, 13 de marzo de 2010

PREFIERO NO SUBIR LA CUESTA

Es curioso y hasta extraño, porque no sé que queremos demostrar, la mezcla que hacemos de lo religioso con la vida cotiana, con los aspectos que poco o nada tienen que ver con cruces, rosarios, oraciones o plegarias.

Me explico. Es que con motivo del Año Jubilar en Caravaca de la Cruz se plantea en mi centro de trabajo (se plantea, no, es una realidad asumida por todos y todas), que es un colegio PÚBLICO, el ir a ganarse el Jubileo, con la consiguiente subida a la basílica menor (castillo, para entendernos todos y todas, porque si ésto lo lee alguien, lego en el tema, pues no me entiende y cómo algún ínclito personaje me ha dicho que mi blog es muy leído, pues yo aclaro las cosas, para que no haya confusiones, que después los palos se los lleva un servidor). Una vez allí se escucha una misa y se da el título que demuestra nuestro buen hacer. Por supuesto, subimos con el alumnado para que "disfruten" de tal evento. 

Pero es aquí dónde surgen mis dudas. Tengo que decir que este ejercicio lo realicé ya en el año 2003 con otro colegio. La experiencia, a decir verdad, me pareció carente de sentido. Pero no fue sólo a mí quien le pareció aquello un acto de..., perdón pero no me sale nada que pueda expresarlo en su justa medida (no soy Delibes, está claro). En fin, que cuento. Que no le veo yo sentido a ésto. Pero como dice Pep, "que nos conocemos." Que con ésto no estoy yo diciendo que no se haga. Mis más profundos respetos a todo lo que tenga que ver con este año tan importante en ésta localidad que me ha acogido de tan buena forma. Me inclino y beso su suelo si hace falta. Pero que un colegio público realice tal ejercicio de devoción religiosa me parece que está fuera de lugar. Me parece que en la intimidad de cada hogar o cada asociación pueden subir o bajar a donde quieran, pero que algo que se paga con el dinero de todos y todas, se manifieste y posicione con una ejemplificación de adoración mísitica e incluso mágica, que quieren que les diga, no lo veo. 

Además, y perdonen por la crudeza de mis palabras (no lo digo por encender ninguna pira), pero es muy aburrido para los pequeños personajes que van allí. Por eso he pedido quedarme con el alumando que por cuestiones, las que sean, no van a subir a nuestar basílica menor. 

Quizás, de esta forma, encuentre más sentido a mi labor profesional y me encuentre más agusto con migo mismo.

lunes, 8 de marzo de 2010

NO ME GUSTA ESTE LADO

Visto lo visto, creo sinceramente que nos enfrentamos, y digo bien, nos enfrentamos, posiblemente, a la peor derecha de toda la democracia. Una derecha que manifiesta un estilo marcadamente hostil ante todo lo que signifique llegar a acuerdos que determinen un avance en la política de este país. Un derecha enrocada en alucinantes teorías conspirativas que denuncia sin pruebas mediante unas intervenciones tan patéticas como ridículas. Una derecha que no duda en utilizar los medios de comunicación públicos para engañar a una población que sin duda, se manifiesta sumamente complaciente con ese engaño y manipulación. Una derecha que no duda abanderar la palabra libertad y tolerancia y después jugar al corro de la patata con las fuerzas y medios de comunicación más reaccionarios y ultraderechistas que habitan en esta piel de toro.
Un comentario aparte merece la Comunidad Valenciana. Una comunidad que vive bajo una dictadura encubierta y que curiosamente cuenta con el apoyo extraordinario del vulgo. Un vulgo que ha visto con sus propios ojos (aunque no lo parezca) como se han sucedidos pelotazos como el de Terra Mítica, como un tal Fabra juega a ser el mafiosillo de las tierras levantinas con impunidad absoluta y la complicidad de los jueces y el propio sistema, un presidente de la Generalitat que gracias a su amiguito del alma ha salido indemne de la acusación de recibir regalos a cambio de favores (creo que sexuales no han sido) y de mentir al juez. Y ya no hablemos de como los políticos del PP valenciano cohartan la libertad de información a los medios de comunicación y los censuran. Pero el votante prefiere vivir con este caldo de corrupción aderezado con tropezones de manipulación y servilismo.
Por tanto, y permitiéndome el pequeño inciso de las tierras soleadas del levante, cada vez estoy más convencido de que en el fondo, eso de las dos Españas está muy, pero que muy vivo y con posturas cada vez más encontradas.
Por todo ello no confío en esta derecha que no condena el régimen franquista, que se alía con lo más granado del fascismo español y que no avanza en políticas propias del siglo XXI. Es, como todo, una reflexión que va acorde con todo lo que acontece.

martes, 2 de marzo de 2010

OTRA FORMA DE HACER TERRORISMO

Es curioso comprobar como algunos medios de comunicación organizan una especie de debates dónde se dan cera los distintos contertulios. Esa cera consiste en descargar todo su odio (y muchas veces, complejos) contra el Gobierno de la Nación. En esa vorágine pseudoorgística que desarrollan no escatiman medios; el insulto, lo soez y lo chabacano se mezclan, muchas veces con escasos o nulos argumentos con un mínimo de peso, para crear un engendro que curiosamente satisface a un porcentaje de la población española (quiero pensar que no muy alto) que parece disfrutar con espectáculos tan poco edificantes para un democracia medianamente seria como es la nuestra. Y digo bien, digo democracia porque en un país como éste, parece ser que nostálgicos de regímenes anteriores quieren, mediante la provocación, la mentira en muchas ocasiones y la agresividad más desbocada, poner no ya sólo a un gobierno, sino al propio Estado a los pies de los caballos. 

La estrategia engloba a todo aquello que no les baile el agua o que simplemente crean, en sus cortas y retorcidas mentes que son dignos de sus reproches más virulentos y vomitivos: sindicatos, artistas, funcionarios, organizaciones de izquierdas, etc. Nombres tales como Carlos Dávila, Federico Jiménez Losantos, César Vidal, Martín Ferrand, Pedro J. Ramírez, Juan Manuel de Prada, Curry Valenzuela, Isabel San Sebastián, Antonio Jiménez , Carmen Tomás y algunos ínclitos y menos ínclitos personajes más, se dedican a practicar eso que se podría denominar de muchas formas, pero que deja al periodismo serio a la altura del excremento más nauseabundo y deplorable que uno o una se pueda imaginar. Si este es el periodismo y las mesas de debate que queremos, decididamente este país ha enfermado, y de gravedad.