domingo, 20 de noviembre de 2011

LA ESTAMPIDA HACIA EL ABISMO O EL CAMINO SERENO HACIA LA IZQUIERDA

Si son aficionados a las películas del Oeste, los llamados western, habrán observado en muchas de ellas los famosos viajes de los vaqueros con las reses. Los múltiples problemas que encuentran en su camino: cuatreros, problemas al pasar por tierras privadas, enfermedades, robos y estampidas. Estampidas que, con motivo o sin motivo, hace que el ganado se desboque en una frenética carrera sin rumbo que puede, incluso, llevarle al suicidio.

Pues más o menos esto es lo que está pasando en España. Las personas, en una huida hacia adelante (yo diría hacia atrás por lo que esa huida representa) parece que en un ejercicio desesperado va a dar, en las próximas elecciones, su confianza a la derecha. Lo más curioso e incluso, alarmante, es que mucha gente piensa que Mariano Rajoy y su partido van a propiciar un cambio en la evolución del paro, la productividad y la prima de riesgo que va a posibilitar que  este país se aleje de un posible rescate. Dentro de una ingenuidad y una ceguera que me es difícil de asumir, opinan y proclaman que el PSOE nos ha hundido y sólo, el PP, puede resarcirnos del mal hecho por los socialistas.

Pero lo que más me indigna es que mucha gente de izquierdas (o por lo menos ellos y ellas se dicen inclinados a este lado ideológico) atacan a los socialistas sin piedad, llegando al insulto y a la descalificación más abyecta. Sinceramente pienso que estas personas con tan "buenos" sEntimienTos y "mejores intencIons deberían hAcer un ejercicio de reflexión y valorar la enorme problemática que nos sacude, sus causas, sus posibles soluciones y sobre todo, las políticas sociales que se han llevado a cabo para atender a los más necesitados. Sólo un dato, la mitad del presupuesto nacional se va en pagar la deuda y en la cobertura de los desempleados. Supongo, que estas actuaciones, para proteger al parado y al que ha perdido el derecho a su prestación también son, para esos "verdaderos" progresistas, políticas neoliberales y de derechas.

Otro dato interesante es que el Gobierno no ha dado dinero a los bancos. Ha sido un prestamo para sostener el sistema financiero. Que esté bien o mal hecho no entro. Sólo recuerdo a los desmemoriados, que por lo visto y oído hay muchos, España está dentro de algo que se llama Unión Europea y no podemos coger el caballo de la "libertad" y hacer lo que nos venga en gana. Es conveniente tenerlo en cuenta.

Con estos argumentos no voy a justificar otras actuaciones que, a mi modo de ver, han distanciado mucho a un cierto sector de votantes y ciudadanos en general. Posiblemente decisiones más valientes y más progresistas como acabar con el concordato con la Santa Sede, haber instaurado mucho antes un impuesto a la banca, introducir un impuesto a las grandes fortunas, no llevar a cabo una innecesaria reforma de la Constitución para poner techo de gasto o haber posibilitado otra reforma laboral más cercana al currito, habrían hecho ganar credibilidad entre el sector de la izquierda.

Dicho esto, creo que también es de justicia reconocer que ha habido un progreso en libertad, transparencia y políticas sociales libre de toda duda. Y ahí está la diferencia entre un partido de izquierdas (sometido a múltiples presiones deribadas de la crisis) y un partido de derechas español. Un partido de derechas que no sólo se ha dedicado en hacer una oposición nefasta (apoyada por unos medios mÁs cercanos al extremismo ideológico quE a la mera crítica democrática), sino que ha utilizado temas tan sensibles como las víctimas del terrorismo para hacer política. Por no hablar de las falacias en relación a la familia o a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Es por ello que es conveniente mirar la globalidad de una gestión y valorar de forma crítica pero racional la realidad de España y la herencia de unas políticas neoliberales que han supuesto un ataque masivo al llamado estado de bienestar.

Gane quien gane las elecciones (ojala que nadie obtenga mayoría absoluta) se va a enfrentar a una situación tan problemática como muy dependiente de las Políticas económicas de Europa. Y esto es lo que tiene que ver el votante. No comportarse como reses en una estampida y valorar de forma, lo más objetiva posible, lo realizado hasta ahora y los problemas a los que nos enfrentamos es un ejercicio de madurez democrática. Y ahora más que nunca es el momento del gobierno de la izquierda. Hoy, más que nunca, no es el momento de que la derecha, que ya estamos viendo lo que hace allá donde gobierna, llegue al poder. Las estampidas son para el ganado, no para los ciudadanos que tienen criterio y raciocinio. El día 20 tenemos la oportunidad de demostrarlo.