lunes, 14 de marzo de 2011

POR ELLAS



Si bien es cierto que podría dedicar mi artículo a lo que está pasando en Libia y los países del llamado arco mediterráneo, por búsqueda de libertad y democracia. O a las medidas del gobierno para luchar contra el despilfarro energético, dónde una vez más los españolitos somos los campeones. También podría hablar de un tema tan importante y tan nacional como es la lumbalgia de Guardiola. Y es que hay que ver como le aplaudía el público cuando salió a dar instrucciones a sus chicos en el partido contra el Zaragoza. Incluso estaría dispuesto a hablar de temas tan cercanos como el caos municipal en el que estamos inmersos por la falta de una gestión económica y política adecuada (Caravaca Jubilar, Año Jubilar, albergues tardíos, Corredera, deuda municipal, proceso judicial abierto por el tema del campo de fútbol, terrenos de la RENFE, vivienda pública, mal estado de las calles, limpieza, Nueva Caravaca y sus problemillas,…), en fin para qué seguir. Como digo, podría hablar de muchos temas de rabiosa actualidad, pero creo, sinceramente, hoy toca hablar de ellas. De las mujeres anónimas y famosas a las que tanto debemos.



Ellas, que han sacrificado su vida, profesional y laboral, por un marido y esposo y por unos hijos, no siempre bien agradecidos. Ellas que han estado al pie de la cama cuando nosotros (maridos, compañeros, hijos, padres,…) hemos estado enfermos o padeciendo cualquier mal que nos ha impedido valernos por nosotros mismos. Ellas que han sido humilladas por esa historia escrita por hombres, que han sido denostadas y que han sido declaradas culpables, sin juicio previo, de cuanto mal acaecía en este mundo nuestro. Ellas, que siendo víctimas se han levantado y han reclamado su espacio, aunque en ese doloroso proceso, muchas nos han dejado. Ellas que alegran nuestras vidas y nuestra esencia como personas, que guardan y alimentan la vida, que, indudablemente, se muestran mucho más fuerte y constantes ante los problemas que puedan surgir. Ellas que poco a poco se quitan ese yugo impuesto por una sociedad enferma que las condiciona y las reprime. Ellas que siguen sufriendo en silencio. Ellas, anónimas, que son violadas, torturadas, asesinadas en tantas partes del mundo, en todas las partes del mundo. Ellas que han logrado con su tremendo esfuerzo superara las zancadillas del macho y encaramarse a ese mirador que las ha hecho visibles y dónde su opinión ha importado. Ellas que son capaces de trabajar, criar y llevar un hogar hacia el éxito, sin volverse locas y sin reclamar ese tiempo vital al que tanto estamos acostumbrados nosotros. Por ellas escribo estas líneas, por ellas, ahora sí, rindo pleitesía. Ellas que me inspiran, que me dan confianza, que me dan ánimo y me recogen cuando caigo. Por y para ellas, mis palabras se vuelven lágrimas llenas de ira e impotencia cuando un loco cobarde acaba con una flor del más hermoso jardín que poseemos.



FELICIDADES Y FUERZA A TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO.



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