sábado, 13 de febrero de 2010

LA POLÍTICA EN LOS BARES


Aunque mucha gente diga que no, que pasa de política, que no entiende de política o que la políta le da asco, lo cierto es que todo gira, en nuestras vidas, queramos o no, en torno, de una forma u otra a la política. Porque política es, por ejemplo, una negociación entre padre e hijo, la vida en el trabajo y por supuesto, las decisiones políticas (las puras y duras) que nos afectan de forma directa e inmediata.

Por ello, un buen pulsómetro de como está la cosa , sobre la opinión que tiene el vulgo de un político o  la situación social o política, es visitar con moderación los bares. Si uno escucha y la situación es propicia se puede encontrar con opiniones, razonamientos y reflexiones en voz altas que denotan, tristeza, resignación, disparate o admiración. Por tanto no es mala idea el enfoque de "palpar" la situación, cualquiera que sea, en esos lugares de ocio, bebida y gastronomía que tanto frecuentamos en nuestro país (haya o no haya crisis). Por eso también es aconsejable que el político o política de turno se acerque por esos lares y establezca un cauce comunicativo con simpatizantes y no simpatizantes y, en esas, que le explique sus ideas, sus proyectos, los de su partido, y por tanto, venda su producto. Eso, desde mi humildísimo punto de vista no está mal, creo que nada mal. Otra cosa es que un vaya, se tome unas cañas, unas tapas, un café, copa y puro y no hable con nadie. Esa "estrategia" es, como decirlo, errónea o poco inteligente.

Y es que la labor política puede ser apasionante, maravillosa,..., si se hace con ilusión y honestidad y sobre todo, uno o una se baja a la arena y se muestra cercano, dialogante y trata al personal de igual a igual.

Ah, se me olvidaba, que para todo esto hay que tener fé en el trabajo, si no, pues estaremos abocados al fracaso más fracasado. 






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